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Otro gran curso que se termina...

DESPEDIDA

Hace cuatro años, llegué a este CRA con muchas ganas e ilusión, después de varios años rodando por coles de Asturias, volvía a casa y además a una escuela rural, de esas que a mi tanto me gustan, lo que no me imaginaba, es que me iba a cautivar de esta manera.
Desde ese momento y durante cuatro cursos, venir a trabajar cada día al CRA Alto Aller, ha sido una suerte y un lujo y también motivo de felicidad. Y de esto hay varios culpables:
En primer lugar, estos maravillosos niñ@s. Gracias por ser como sois, porque sois geniales, creéroslo, y no se os ocurra cambiar nunca. He disfrutado mucho trabajando a vuestro lado.
Me llevo… los aprendizajes compartidos, las risas, los momentos abrazo, las sorpresas, las miradas cómplices, las lágrimas de alegría o de susto, los cuentos compartidos, las improvisaciones, los retos superados, los paseos, las fiestas, las excursiones, los viajes de estudios, las guerras de agua…
He intentado dar lo mejor de mí, para conseguiros esa escuela de los niñ@s felices de la que hablaba nuestro primer cuento compartido, aquel primer día de clase, allá por septiembre del 2014… espero haberlo logrado aunque solo fuese por momentos.
Mis queridos niñ@s, espero haberos ayudado a descubrir y amar vuestras fortalezas, también a vencer vuestros miedos e inseguridades. En definitiva, espero haber contribuido junto con vuestras familias, a formar esas maravillosas personas que seréis el día de mañana, de eso estoy segura.
Y acaba de aparecer una palabra clave…familias.
Está claro que unos niños así solo pueden venir de unas familias igual de maravillosas.
Familias, no me cansaré de daros las gracias. Por el apoyo incondicional, por el respeto, y por el cariño que me habéis trasmitido todos estos años. Gracias de corazón, sin vosotras nada de esto hubiese sido igual.
Niños, familias… me faltan mis compañer@s
A lo largo de estos 4 cursos, y me consta que también años atrás, hemos tenido la suerte de contar con grandes maestr@s, mejores personas y por suerte también para mí, con buen@s amig@s.
A los de este curso, y a los que en su día también pusieron su granito de arena y formaron parte de esta gran familia, gracias de corazón.

Y para terminar, y como no podía ser de otra manera, uno de nuestros cuentos favoritos dice:

“Allí donde hay alguien a quien se quiere muchísimo, y donde hay alguien, que nos quiere de verás, ese, es el lugar más bonito del mundo”…

Gracias a todos por hacer que el CRA haya sido uno de mis lugares más bonitos del mundo.


Con mucho cariño: Bea.

Hilos de colores


«Cuando la abuela le regaló su historia, llena de colores y cosida con las agujas del corazón, la niña comprendió que algunas veces la memoria puede ser tan frágil como los hilos que se lleva el viento... que las experiencias de la vida se entretejen para formar lo que cada uno es, y que cuando todo se olvida, la mejor medicina son los besos...».




Corto sobre el Alzheimer



Ferdinando


Ferdinando es un toro sensible y nada beligerante, al que le gusta oler flores. Pero un día le pica una abeja y parece el más fiero de toda la ganadería, por lo que deciden llevarlo a torear. Durante la corrida, Ferdinando se niega a embestir, y tienen que devolverlo a su querida pradera, en la que vuelve a ser feliz sin pelearse con nadie y oliendo las flores.






DÍA DE LA PAZ 2018